Nuestro compromiso de ser expresión del amor preferencial de Dios por los pobres, deriva de modo natural de nuestra fe, una fe que vivimos, en gran medida, en las comunidades cristianas parroquiales.
Las Cáritas parroquiales son el lugar más cercano de encuentro con las personas que viven en situación de pobreza o exclusión social.
Están formadas por personas que, en su comunidad parroquial, trabajan como voluntarios al servicio de la comunidad eclesial y de los más desfavorecidos; pretenden dar respuesta, desde la cercanía, a las personas que acuden a nuestras parroquias buscando escucha, atención, asesoramiento y, en la mayoría de los casos, ayuda en necesidades básicas.
Las tareas fundamentales de cada Cáritas Parroquial son:
Acogida y Seguimiento:
– Atención directa a las familias que acuden demandando ayuda.
– Valoración de casos atendidos
– Acompañamiento a dichas familias durante el proceso si es necesario
– Visitas a domicilio
Animación a la Comunidad:
– Segundo domingo de mes: guiones litúrgicos preparados por Cáritas diocesana
– Difusión de Campañas en la Comunidad Parroquial
– Difusión del boletín “Cáritas Interparroquial”