María es una usuaria de Cáritas Gandía de apenas 20 años. Junto a su madre, que es dependiente, debido a una grave enfermedad, forman una familia monoparental, y están muy solas.
María sólo pudo acabar los estudios básicos por la falta de recursos económicos y por la dependencia de su madre. Precisamente, debido al cuidado de su familia, no se relaciona con personas de su edad.
María asiste a nuestros programas porque desea formarse y aprender. Nos llamaba la atención que siempre venía a Cáritas con la misma ropa y unos zapatos rotos. Además, por las preguntas que hacía en clase, pensábamos que quizá tenía un problema de comprensión lectora. Pero descubrimos que no veía bien. Aunque llevaba gafas, no tenía medios económicos para asistir al oftalmólogo y actualizar su graduación. También nos contó que, aunque vive en Gandia, lleva varios años sin bañarse en la playa porque los ingresos mínimos que perciben se destinan al cuidado de su madre y cubrir las necesidades básicas de alimentación.
Ella no nos ha pedido nada porque hay muchas personas a las que les avergüenza pedir ayuda y dejan de hacer cosas que normalmente están al alcance de cualquiera. Creemos que María necesitaba unos zapatos nuevos, y también una graduación adecuada a sus necesidades para que pueda seguir aprendiendo con plena autonomía.
Además de graduar las gafas de María y comprarle zapatos nuevos, hemos adquirido lo necesario para que disfrute de un día de desconexión.
Participar en los talleres de formación de Cáritas Gandia ha ayudado a María a subir su autoestima, a sentirse valorada y superarse a sí misma.
Además, ha generado una red social con otras personas y ha adquirido experiencia para afrontar las dificultades del día a día.
Con tu ayuda, estamos ayudando a cambiar la vida de personas como María. DONA AQUÍ