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UNA MIRADA A LA REALIDAD: LA DIGNIDAD HUMANA, EN CRISIS

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La campaña institucional de Cáritas “ALLÍ DONDE NOS NECESITAS ABRIMOS CAMINO A LA ESPERANZA” busca ANIMAR, SENSIBILIZAR Y MOSTRAR la labor que realizamos como agentes de la Caridad.

EL LEMA: “ALLÍ DONDE NOS NECESITAS ABRIMOS CAMINO A LA ESPERANZA” es el mensaje institucional hasta la Caridad de 2025.

ALLI DONDE NOS NECESITAS, es un mensaje directo a las personas vulnerables que tienen que saber dónde encontrarnos.
ABRIMOS CAMINO A LA ESPERANZA, es un mensaje para todas las personas, los participantes, la comunidad cristiana y el resto de la sociedad, para dar testimonio de la acción de Cáritas y de las personas que participamos en ella, para animar la solidaridad y el compromiso con la transformación social.

La pobreza en nuestro país es un fenómeno estructural que persiste más allá de la coyuntura
económica general; la brecha entre ricos y pobres ha aumentado, los ricos son más ricos y los pobres
tienen mucha mayor dificultad para salir de una pobreza que se ha instalado en sus vidas y que no les
permite alcanzar oportunidades para salir de ella.
Vivimos en un clima de desesperanza social en el que la supervivencia de cada persona y su pequeño
entorno es casi lo más importante. La vivienda y la dificultad de acceder a ella se ha convertido en
un común denominador social inquietante que planea sobre el estado de bienestar y ensombrece el
presente y el futuro.
Los últimos informes de Cáritas y la Fundación Foessa nos han ido dibujando un panorama de sombras
y dificultades que se han visto agravadas por el crecimiento de éxodos masivos de personas huyendo
de guerras, sequías y violencia, que arriban a nuestras fronteras en busca de paz, libertad y esperanza.
El papa Francisco, en su última encíclica Fratelli tutti, detalla algunas de las sombras que acechan la
condición humana y su dignidad. El poder que le hemos ido otorgando a las reglas de juego que rigen
nuestras relaciones, va asfixiando la identidad humana y la pone al servicio de una economía global e
individualista que promueve la cultura del descarte y diluye la conciencia del bien común. El clima social
de las diferentes sociedades del mundo se hace más violento y agresivo, y el sueño de construir juntos
la justicia y la paz se han convertido en utopía lejana e inalcanzable.

En nuestro entorno más cercano, los informes de Cáritas y la Fundación Foessa dibujan el análisis de la
realidad que viven miles de personas que participan en sus diferentes programas, una realidad en la que
los derechos humanos se vulneran y se ignoran reiteradamente:

  • Situaciones de exclusión mucho más severas, personas con mayor deterioro especialmente
    psicoemocional.
  • Una problemática de la vivienda que se va agudizando y aumenta las situaciones de sinhogarismo
    en hombres, mujeres y familias.
  • Una precariedad laboral que obstaculiza a muchas personas a vivir con estabilidad e iniciar
    proyectos vitales nuevos.
  • Aumento del nivel de estrés financiero entre la población que vive en alquiler ante la escasa oferta de
    alquiler social y los bajos ingresos económicos.
  • Más personas en situación de irregularidad administrativa fruto de las olas migratorias.
  • Una población infantil y juvenil en situación de desventaja social tan profunda que con toda
    probabilidad arrastrarán toda la vida.
    Hoy todas las personas transitamos entre la necesidad de sostener la esperanza y un futuro marcado
    por la incertidumbre. La inmediatez del presente es casi lo único que llena nuestras vidas. Nos sentimos
    perdidos, a veces desamparados, sin un rumbo claro.

¿Dónde nos situamos? Podemos tomar tres posturas:

-Nos ausentamos: damos esquinazo a la realidad, invisibilizamos el dolor ajeno,
lo aislamos y lo encapsulamos para que no nos moleste.
-Nos hacemos presentes: miramos la realidad de frente y nos hacemos preguntas.
-Nos comprometemos

En Cáritas, nuestro compromiso es vivir y estar en el mundo desde el amor.


Allí donde nos necesitas
Un año más, en Cáritas celebramos el día de la Caridad, el día del Corpus Christi, y nos proponemos animar y promover el compromiso de la comunidad cristiana y de la sociedad en general con la defensa de la dignidad de las personas más pobres y vulnerables y sus derechos.
Queremos hacer visible la realidad de las personas que, de una manera u otra, un día han perdido el rumbo o el sentido, o no terminan de encontrar esa oportunidad para salir adelante sin recursos suficientes, para encontrar un trabajo o un lugar donde vivir, para librarse de la violencia machista y empezar una vida sin miedo; para encontrar
alguien que les escuche y les haga sentir importantes, para aliviar la soledad que genera la enfermedad, cumplir años o ser joven sin expectativas de futuro.
En Cáritas sabemos que se puede recalcular la ruta de mil maneras, sólo hace falta estar ahí, cerca, al lado de tanta gente que lo necesita, y ofrecer lo que todas las personas llevamos dentro: amor en forma de escucha, acogida, empoderamiento, tiempo, oportunidad, un proyecto común.
Este amor creativo que toma partido por la dignidad de las personas, que se da sin precio a cambio y se hace presente en el aquí y ahora, se convierte en caridad comprometida con cada persona y sus derechos, y nos vincula como comunidad de personas y como sociedad.
Allí donde nos necesitas, sea cual sea tu historia, estamos y queremos estar, como Iglesia, como comunidad cristiana, como Cáritas, contigo, con las personas más vulnerables, alzando la voz para denunciar el sufrimiento, la falta de oportunidad y de acceso a los derechos, y para anunciar la buena noticia de la esperanza en cada camino nuevo que se traza, en cada puerta que se abre, en cada encuentro que invita a empezar de nuevo.
Abrimos camino a la esperanza
El amor al prójimo, la gratuidad y el servicio que vertebran la acción de Cáritas son semillas de un bien común para la sociedad, y sus brotes se concretan y se hacen visibles en las vidas de las personas que vuelven a sentirse dignas porque son miradas y escuchadas desde el amor y el cuidado. Abrir camino a la esperanza no es solo una utopía, es una tarea ardua, comprometida y diaria que conlleva responsabilidad afectiva y efectiva, coherente y cercana.
La regularización de las personas extranjeras en nuestro país, preservar y defender la dignidad de las personas haciendo lo posible para que puedan acceder a sus derechos, facilitar formación para acceder a un empleo…, en definitiva, ejercer la caridad política que nos implica como ciudadanas y ciudadanos, son algunas de las iniciativas concretas en las que Cáritas se empeña.



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